Escuela de Platón Jean Delville

Escuela de Platón Jean Delville

jueves, 9 de septiembre de 2010

UN DIA ARDUO ... Y EN LA CASA ?

Un día de consulta.


Un día en tu jornada laboral normal, en el hospital dando consulta, en una zona marginal. Tratas de ser muy amable y gentil sabe que esta gente ha sufrido rechazo y sobretodo de la pobreza.

Sin embargo no dejas de pensar en un miembro de tu familia esta muy mal, tratas de enmascarar tu preocupación de tu pronostico con una sonrisa.

Suena el teléfono enfrente de los pacientes, era esa llamada terrible que confirmaba la muerte del ser mas querido para ti en la tierra.

Terminas como sea la consulta, los pacientes un señor regordete y su señora mal encarada pidiendo y exigiendo más cosas. Tu terminas la consulta "¿donde quedaron las benditas recetas, las solicitudes para los exámenes de laboratorio?" . Sea como fuese terminas la consulta y empiezas a llorar. Un llanto amargo profundo, un dolor y vacio en tu pecho, que solo las lagrimas pueden llenar, espinas atraviesan tu vientre, mil veces maldices el tener los pronósticos tan acertados. Mil pensamientos vuelcan en tu mente "ser fuerte":"tu debes de estar acostumbrado" " no debes de reaccionar asi" " para que lloras si algo que ya venias venir"

Después de una larga enfermedad y una corta agonía sabes que lo que hiciste, o mas bien no hiciste en tu actuación medica. Piensas "no murió con tubos e invadida por cualquier parte del cuerpo" "no murió con desconocidos" "murió en su cama con su familia"

Dejar ir a tu ser querido es lo mejor, pero ... tienes una confusión de sentimientos. Hubieras querido tener el poder de Asklepio y revivirla pero no puedes, sabes que los dioses son sabios ¿Para que traerla? A mas sufrimiento?

Sales, tomas aire, te recuperas, y como un gran artista terminas toda tu consulta... como sea... terminas destrozado. Llevas en tu mano un certificado de defunción, una hoja del destino que tu tienes que llenar con lagrimas en él . Con las letras llenas en nombre de la persona que te vio crecer y te formo.

Realizas los tramites y con el corazón roto, peleando buscando sintiendo lo des humano que es el hombre ante el dolor de otro, o a lo mejor recordando como lo haz sido tu ante el sufrimiento de otros.

Después de un fin de semana muy pesado por los recuerdos regresas al trabajo cuando escuchas al señor de la limpieza al que siempre saludas

"¿Dr. como le hace para siempre sonreír y ser tan amable ?"

Simplemente recordando que soy un hombre de carne y hueso, que la vida es muy breve, que el cielo es azul, que hay belleza pese a todo lo corrupto, que el dolor sirve para sentirse vivo y sobretodo sabes que algo que nunca va a morir es la ESPERANZA

IN MEMORIA
Ma. ESTHER

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